Templos budistas en Japón, individualidad sagrada

Así como la arquitectura sintoísta se puede considerar como un producto específicamente japonés, debido al origen autóctono de esta religión y a su desarrollo anterior a la llegada de las influencias continentales, el caso de la arquitectura budista en Japón es un fenómeno mas complejo.
Mientras en algunos casos, los esquemas importados se adoptaron con bastante fidelidad, en otros, de la misma forma que el Sintoísmo se integró con el Budismo importado, las arquitecturas religiosas budistas adoptaron muchos de los elementos de la arquitectura sintoísta o se generaron fenómenos de sincretismo de diverso tipo.
Sin ánimo de ser exhaustivo, lo que no es el objetivo de este diario de viaje, y tal como trato de hacer con la arquitectura japonesa en general, se apuntan a continuación algunas características esenciales que definen la arquitectura budista en Japón.
Con algunas excepciones muy significativas, es habitual que los santuarios y templos se sitúen en entornos naturales singulares o en los márgenes de la ciudad, como sucede con la mayor parte de los templos de Kyoto. Es frecuente que existan grandes pórticos y largas avenidas arboladas en los accesos a los recintos o templos (figs. 1, 2 y 3).

Fig. 1. Avenidas de acceso a los santuarios de Nikko

Fig. 2. Santuario de Toshogu, Nikko

Fig. 3. Nandaimon, pórtico de acceso a Todaiji, Nara

Como caso particular cabe destacar el del Santuario de Itsukushima, en el que toda la isla se considera el ámbito sagrado y el acceso ritual se realiza en barca atravesando un torii "flotante" (fig. 4)

Fig. 4. Torii (pórtico de acceso) a Itsukushimajinga, Miyajima

A continuación, un segundo pórtico da acceso a un recinto abierto rodeado de galerías perimetrales (figs. 5 y 6), previo a la sala principal del complejo (figs. 7 y 8) que suele albergar al Buda, como imagen o escultura central, y a eventuales deidades, bodhisatvas, patriarcas o maestros, como figuras secundarias (fig. 9).

Fig. 5. Pórtico de acceso a Daibutsuden, Todaiji, Nara

Fig. 6. Pórtico de acceso a Daibutsuden, Todaiji, Nara

Fig. 7. Daibutsuden (sala del Gran Buda), Todaiji, Nara

Fig. 8. Templo principal en Toto, Enryakuji, Hieizan

Fig. 9. Gran Buda, Daibutsuden, Todaiji, Nara

Es habitual que los conjuntos religiosos agrupen distintos templos o monaterios así como toda una serie de edificios secundarios o auxiliares sin un orden prefijado, tales como tesoros, campanarios, fuentes para abluciones, monumentos, etc.
Es interesante señalar que, frente al esquema genérico de la arquitectura religiosa cristiana basado en espacios de sentido longitudinal y gran altura, con entrada de luz predominantemente vertical, en el caso de la arquitectura budista, las salas principales de culto se orientan en sentido transversal, con alturas mas modestas y entrada de luz horizontal. Un esquema que se corresponde con una religión originariamente atea, en la que el hombre no apela a un dios superior sino que trata de emular a otros hombres ejemplares como son el Buda y el resto de figuras. La arquitectura se adapta por lo tanto a esta circunstancia tratando de poner frente a frente al fiel con estas personalidades que le servirían de ejemplo. De hecho es habitual que se formen colas para acceder individualmente al lugar central del templo, frente a la imagen o escultura principal del mismo. De la misma manera, frente al concepto de campana cristiana, tañida por la autoridad religiosa en momentos señalados, en el budismo existen diversos tipos de campanas y cuencos al alcance de los fieles, y su tañido hace resonar toda una serie de elementos colgantes metálicos de distinto tipo distribuidos por doquier (fig. 10) lo que se asocia a una espiritualidad que privilegia la relación del hombre con su entorno.

Fig. 10. Campanas en Enryakuji, Hieizan

1 comentario:

  1. buen analisis critico con respecto a la disposicion espacial en los templos religiosos se refiere

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