Arquitectura japonesa, del módulo humano a la envolvente natural

Al margen de las variaciones que puedan presentar las distintas épocas y estilos, y los diferentes usos o tipologías, se podría afirmar que la arquitectura japonesa posee una serie de elementos esenciales que la caracterizan, tal como se comentará a continuación.

Las espacios principales o estancias vivideras se agrupan en un bloque compacto de geometría regular, idealmente en una sola planta. Este bloque principal se rodea por un pasillo perimetral de circulación y acceso a estas estancias. Además suele existir un anillo perimetral adicional que envuelve al primero, esta vez exterior y cubierto (fig. 1).

Fig. 1. Takayamajinya (gobierno civil de Takayama)

La estructura distributiva de estos espacios se hace coincidir con la portante, consistente en pórticos de soportes y vigas de madera, respetando la modulación básica definida por el tatami (aproximadamente 1,8x0,9 metros), que además se hace coincidir con cualquier singularidad existente en la planta, tal como los ámbitos de acceso rehundidos a la cota del acabado exterior (fig. 2).

Fig. 2. Takayamajinya (gobierno civil de Takayama)

Los elementos separadores de los tres bloques espaciales básicos indicados, situados como se ha dicho en coincidencia con la estructura, consisten en pantallas adaptables a las distintas posibilidades de paso y configuración espacial, así como a las diferentes opciones de intercambio visual, lumínico, acústico, higrotérmico, etc. y se resuelven predominantemente con paneles correderos con distintas opciones de acabado -además de otros sistemas más ligeros como cortinas enrrollables o parasoles textiles colgantes-. También pueden encontrarse elementos separadores, particularmente los correspondientes al cerramiento exterior, resueltos mediante paneles de celosía basculantes sobre el eje superior, lo que les permite hacer las veces de parasoles, colgando de tirantes auxiliares debido a su elevado peso (fig. 3).

Fig. 3. Celosías del Kyoto Gosho (Palacio Imperial), Kyoto

Esta estrategia de utilización de particiones móviles permite dotar a los espacios de gran versatilidad y flexibilizar en cada momento las distribuciones, no sólo modificando los puntos de acceso a las estancias, sino permitiendo incorporar a las mismas los espacios originalmente destinados a la circulación, o unificando varias de estas estancias en espacios mayores (fig. 4).

Fig. 4. Templo Shorenin, Kyoto

Pero además de los motivos de uso comentados, esta estrategia de adaptación de los elementos separadores tiene su razón de ser en unas condiciones climatológicas muy variables no sólo anualmente, con una época de lluvias en primavera, veranos calurosos y húmedos e inviernos fríos, sino diariamente, con frecuentes variaciones en la nubosidad y las precipitaciones.

Por encima de estas particiones móviles, que tienden a ser anchas pero relativamente bajas para reducir su peso y facilitar su movilidad, se dispone otro nivel menor de paneles fijos, que en ocasiones se resuelven mediante materiales calados o relieves finamente tallados, y que permiten la ventilación entre estancias e incorporar un elemento de arriostramiento horizontal a media altura (fig. 5).

Fig. 5. Takayamajinya (gobierno civil de Takayama)

La planta principal, idealmente única, se sitúa por encima del nivel del terreno existente, prolongando los soportes de madera hasta el suelo, alejando así los espacios vivideros de la humedad del terreno frecuente en el país, particularmente en la denominada estación de lluvias que antecede al verano (fig. 6).

Fig. 6. Katsura Rikyu (Villa Katsura), Kyoto

Las cubiertas, por los motivos comentados, se resuelven con pendientes considerables, utilizando sistemas de dobles cubiertas o falsos techos que favorecen la amortigüación térmica y que en ocasiones se aprovechan para ocultar a la vista elementos estructurales de gran porte, tales como las vigas en voladizo que soportan los aleros, dando a los espacios una apariencia de mayor liviandad o sencillez (fig. 7).

Fig. 7. Villa Seisonkaku, Parque Kenrokuen, Kanazawa

En conjuntos edificatorios de mayor tamaño es frecuente que cada una de las unidades programáticas constituya un edificio exento, conectados entre sí por galerías exteriores cubiertas, o que estas se maclen con cierta libertad, lo que permite una gran versatilidad en la distribución y en las relativamente habituales ampliaciones, reestructuraciones, adaptaciones, etc. dadas las limitaciones de la madera y los frecuentes incendios, convulsiones politicas, terremotos, etc.
De hecho, lo interesante de este sistema es que no sólo permite su aplicación estricta y regular, sino que, dada su modularidad y sus carácter aditivo, puede aplicarse a tantas distribuciones como se requiera y adaptarse a las condiciones programáticas, topográficas o climatológicas particulares (fig. 8).

Fig. 8. Planos originales del Takayamajinya (gobierno civil de Takayama)

Como tipología particular, dedico una parte de esta nota a los castillos, cuyas estructuras, si bien responden a las necesidades específicas de su uso, no dejan de respetar algunos de los elementos genéricos comentados. El volumen principal del conjunto responde a un esquema relativamente regular (figs. 9 y 10) en el que los elementos estructurales interiores tienden a prolongarse en las dististintas plantas en toda la altura del edificio, y a asociarse a los sistemas de particiones adaptables comentados. La disminución de la superficie de las plantas y los retranqueos en las esquinas motivados por su función defensiva, se limitan en lo posible a las galerías perimetrales de circulación y acceso, que siguen cumpliendo una función análoga a la comentada genéricamente (fig. 11, 12 y 13).

Fig. 9. Castillo de Himeji

Fig. 10. Castillo de Matsue

Fig. 11. Castillo de Himeji

Fig. 12. Castillo de Himeji

Fig 13. Castillo de Matsue

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