Budismo indio, centro contemplativo

A pesar de que en la actualidad es una religión minoritaria en la India, tras haber sido desplazado por otras religiones como el Hinduismo, el Jainismo, el Islamismo o el Cristianismo, el Budismo es originario de la India desde donde se extendió a otros países asiáticos como China o Japón, en donde ha llegado a ser la religión predominante.

La leyenda recoge que tras la muerte y cremación de Buda, sus cenizas fueron repartidas entre los principales clanes guerreros que asistieron a su funeral, que los conservaron como reliquias en distintos puntos del país en túmulos funerarios que originaron la estupa budista, y que en una fase previa del Budismo, en la que no se representaba la figura de Buda, lo simbolizaban y eran objeto de adoración. Estas estupas podían ser de distintos tamaños y disponerse de forma exenta o en el seno de un espacio mayor, como comentaremos a continuación.

En los primeros siglos del Budismo, y siguiendo el ejemplo de Sidharta, que había renunciado a la vida material para buscar la iluminación ascética en contacto con la naturaleza, los monjes budistas se refugiaban en cuevas en enclaves naturales para realizar ejercicios espirituales. Posteriormente se fueron formando comunidades al tiempo que se iban formalizando estos asentamientos en forma de cuevas excavadas en la roca de diversas formas y tamaños, de las que surgieron dos tipologías básicas: la vihara (monasterio) y la chaitya (templo) y de las que existen numerosos ejemplos en toda la India de los que pueden destacarse los conjuntos de cuevas de Ajanta (fig. 1) y Ellora (fig. 2).


Fig. 1. Conjunto de cuevas de Ajanta


Fig. 2. Conjunto de cuevas de Ellora

La vihara puede simplemente reproducir la estructura básica del monasterio típico (fig. 3) disponiendo celdas alrededor de un patio cuadrangular (fig. 4), abierto en este caso en su frente al exterior de la cueva para obtener iluminación y ventilación. En otros casos, lo que parece más adecuado a su condición excavada, es que las viharas consistan en varios niveles de celdas en línea servidas por una galería de acceso y un patio abierto al cielo de grandes dimensiones que proporciona mejores condiciones de iluminación y ventilación que en el caso anterior (figs. 5 y 6).


Fig. 3. Monasterio budista en Sanchi


Fig. 4. Cueva nº 4 (vihara) de Ajanta



Figs. 5 y 6. Cueva nº 11 de Ellora

La chaitya por su parte consiste en una nave longitudinal abovedada terminada en forma absidial y dos naves con deambulatorio de menor altura. En el centro de la nave principal se sitúa una pequeña estupa que, tal como se ha comentado, originalmente simbolizaba a Buda y a la que posteriormente podían añadírsele imagenes adicionales explícitas (fig. 7).


Fig. 7. Cueva nº 10 (Vishwakarma) en Ellora

La forma abovedada de la chaitya puede manifestarse con más o menos rotundidad en la fachada, siendo el caso de mayor expresión el que parece más apropiado a su condición excavada y el que mejores condiciones de iluminación proporcionaba (figs. 8 y 9).


Fig. 8. Cueva nº 9 de Ajanta


Fig. 9. Cueva nº 10 de Ajanta

Paradójicamente en esta tipología el lugar central del templo no es un espacio vacío sino la propia estupa que ocupa todo el ámbito dejando únicamente un espacio residual entre la misma y las columnas del ábside prácticamente inutilizable (fig 10).


Fig. 10. Cueva nº 26 de Ajanta

Tanto en el caso de las viharas como en el de las chaityas es frecuente que se emulen las formas propias de las construcciones exentas, tanto para la organización general como para los detalles (fig. 11), en lugar de buscar tipologías o soluciones propias de su condición excavada, lo que no se da más que de manera excepcional en algunos elementos accesorios (fig. 12).


Fig. 11. Cueva nº 10 (Vishwakarma) en Ellora


Fig. 12. Escalera excavada en Cueva nº 12 en Ellora

En lo que respecta a la tipología de estupa exenta, los mejores ejemplos pueden encontrarse en Sanchi, un enclave religioso situado en un promontorio natural aislado, en el que se concentran varias de estas estupas de distintos tamaños (fig. 13), de las que destaca la denominada Estupa nº 1 o Gran Estupa (fig. 14), junto a otros templos y monasterios, y que fue fundado por el rey Ashoka, gran promotor del Budismo en la India, en el siglo III a. C.


Fig. 13. Estupa nº 3 o Pequeña Estupa de Sanchi


Fig. 14. Estupa nº 1 o Gran Estupa de Sanchi

La estupa consiste en un podio de planta circular (medhi) que representa la tierra, un túmulo semicircular (anda) que representa el cielo, coronado por una balaustrada de planta cuadrada (harmika) que simboliza la montaña mítica en el centro del cosmos, además de un pilar central (chattravali) y tres parasoles (chattra), que aluden al mundo etéreo y a las tres joyas del Budismo: el Buda, la comunidad (sangha) y la doctrina (dharma). Distintos tipos de harmika pueden encontrarse en otros ejemplos de estupas como en el caso de la Cueva nº 9 de Ajanta (fig. 15).


Fig. 15. Cueva nº 9 de Ajanta

Rodeando a la estupa se dispone una cerca (vedika) (fig. 16) con pórticos de acceso (torana) (fig. 17) en los cuatro puntos cardinales, ambos reproduciendo las formas de construcción con madera tal como debieron haberse realizado originalmente.


Fig. 16. Vedika de la Estupa nº 1 de Sanchi


Fig. 17. Una de las toranas de la Estupa nº 1 de Sanchi

La vedika y las toranas forman entradas en recodo (fig. 18) en coherencia con el rito de adoración consistente en rodear la estupa en el sentido de la agujas del reloj.


Fig. 18. Entrada en recodo a la Estupa nº 1 de Sanchi

Las toranas están ricamente decoradas con escenas de la vida de Buda que tal como se ha comentado, en esta época no aparece representado personalmente sino a través de alegorías como el árbol bajo el que alcanzó la iluminación o la propia estupa, lo que confirma la simbología de todo el edificio, o de formas espirales que aluden a la doctrina budista (fig. 19).


Fig. 19. Detalle de una de las toranas de la Estupa nº 1 de Sanchi

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