Ciudad_Abierta_católica_comunitaria_interdisciplinar_alternativa_provisional_fundacional_poética_paisajística_sostenible
Figs. 1, 2 y 3. Estructuras y esculturas varias entre las dunas
La Ciudad Abierta de Ritoque, desarrollada en torno a la Escuela de Arquitectura y Diseño de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, es una iniciativa muy singular que integra de una manera inusitada desde una perspectiva europea una serie de características aparentemente incompatibles, como trataré de comentar a continuación, y que considero que no ha tenido la repercusión en el resto del mundo que merece.
Figs. 4, 5 y 6. Hospedería Rosa de los Vientos
La Escuela de Valparaíso surge en 1952 en la localidad vecina de Viña del Mar a partir de la Universidad de Santiago, bajo la iniciativa del arquitecto chileno Alberto Cruz y del poeta argentino Godofredo Iommi, dando desde sus inicios una importancia central a la palabra y a la poesía en relación con el quehacer arquitectónico, como pone de manifiesto la formulación de la teoría y los poemas de Amereida, que reinterpretan la esencia de América (la palabra surge de la asociación de América y Eneida, la epopeya virgiliana que reescribe a su vez los mitos homéricos griegos en clave romana).
Figs. 7 y 8. Escalera de caracol
En el término Amereida está también implícita la idea de viaje; de hecho una de las actividades propias de esta escuela es la de realizar "travesías" de exploración del territorio en las que se ponen en práctica experiencias tales como el nomadismo, la efemeridad y la transitoriedad de lo construído, la puesta en común de las viviencias, etc. La escuela fomenta también el intercambio interdisciplinar (figs. 1, 2 y 3) con las artes plásticas, la filosofía y la ciencia, privilegiando los procesos de intercambio de ideas y vivencias, la vida comunitaria y la coherencia entre la vida y la obra, todo ello imbuido de un espíritu de comunidad cristiana implícito en la Universidad Católica (fig. 15).
Fig. 9. Palacio del Alba y del Ocaso
Figs. 10 y 11. Plaza en Cementerio
Figs. 12, 13 y 14. Cementerio
Fig. 15. Capilla en Cementerio
Este cóctel de conceptos utópicos, intercambios interdisciplinares (figs. 16, 17 y 18), convivencias extraacadémicas (figs. 20, 21 y 22), criterios constructivos sostenibles y formas de vida alternativas, que podrían parecer extravagancias seudovisionarias desde las anquilosadas perspectivas académicas del "primer mundo", adquieren toda su contundencia cuando se visita la Ciudad Abierta. Cuando se constata la coherencia entre este rico contexto que está en su base y sus resultados formales, aquellos que han sobrevivido a pesar del viento, la humedad, el salitre y el movimiento constante de las dunas (figs. 23, 24, 25 y 26). Cuando se aprecia la frescura y la sensibilidad con que estas construcciones se han integrado en el pasisaje.
Figs. 16, 17 y 18. Sala de Música
Fig. 19. Paneles acústicos móviles en Sala de Música
Figs. 20, 21 y 22. Mesa del Entreacto
Figs. 23, 24, 25 y 26. Una de las construcciones en proceso de ampliación, con pilotes de cimentación vistos por el movimiento de la duna
Entonces se comprende cómo el desarrollo y la modernidad arquitectónica asociada han devastado el territorio, como los maestros, las teorías y los estilos han olvidado en muchos casos lo esencial: que la arquitectura, como todo en esta vida, debe antes que nada estar hecha con el corazón, que necesita tiempo y que el tiempo también colabora en su factura, que el valor de la materia no se corresponde con el precio de los materiales y que la arquitectura primero de todo consiste en una forma de estar y de compartir en la naturaleza. Ahí es nada la lección de Ritoque.
Figs. 27 y 28. Estructura y construcciones entre las dunas
Figs. 29 y 30. Hospedería del Errante
Figs. 31, 32 y 33. Hospedería de la Entrada y Arpa Eólica
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